LOS AUTORES:
Julio Borrego Nieto (dir.)
Lorena Domínguez García
Rebeca Delgado Fernández
Álvaro Recio Diego
Carmela Tomé Cornejo.
Fecha de publicación: 29 de noviembre 2016.
"Las lenguas cambian, pero lo hacen de forma tan lenta e imperceptible que solo con el
paso de muchos años, comparando los textos, nos damos cuenta. Pero hay aspectos
superficiales de la lengua, fundamentalmente el vocabulario, el estilo de escritura, los
latiguillos conversacionales, que están sujetos a las modas, como lo está cualquier
fenómeno que tenga carácter social. Esto hace que cada momento tenga sus marcas
propias que le dan personalidad y que se pueden describir. Algunas de esas marcas se
consolidan y siguen empleándose; otras tienen una vida efímera y desaparecen.
En la lengua ocurre que no siempre lo que se impone como “correcto” es lo más
coherente desde el punto de vista de la lógica interna. Si este fuera siempre el criterio,
cocodrilo no debería estar en el diccionario, puesto que su etimología es
CROCODILUM, con la r en otra posición. Pero alguien la cambió –probablemente de
manera involuntaria- en un determinado momento, el cambio hizo fortuna entre los
hablantes prestigiosos y acabó por convertirse en el uso general. Por eso hay
cocodrilos en el diccionario, pero no cocretas. Ya también hay murciélagos cuando
debería haber muciégalos. Los errores del pasado son la norma del presente.
En este libro trataremos de espigar, lo mejor que sepamos, algunas de esas marcas que
caracterizan el español al comienzo de este nuevo siglo XXI. Muchas de ellas afectan al
vocabulario, a la acuñación de nuevas palabras autóctonas o prestadas, a la forma de
construir los textos y las conversaciones, a las metáforas con que conceptualizamos
aquí y ahora nuestro pensamiento y que, de alguna manera, nos definen. Son las más
visibles y las que mejor caracterizan la época. Otras, fundamentalmente las de tipo
gramatical y también las de tipo fonético, se perciben peor y discurren soterradas a lo
largo de los años compitiendo con otras variantes sin que los hablantes se decidan de
manera unánime por una de ellas.
Así pues, dos tipos de rasgos: los léxicos y discursivos por un lado y los fonéticos y
gramaticales por otro.
En definitiva, lo que en general hacemos en este libro con la pronunciación y con la
gramática es lo siguiente: mostramos las variantes en litigio, señalamos cuáles han
sido las preferidas hasta ahora por las autoridades normativas, intentamos ver la lógica
interna de las menos favorecidas y cuál es, en este momento, su pujanza, reflejada en
el número y tipo de hablantes que las usan (cuando tenemos datos), en los juicios que
se emiten sobre ellas y, sobre todo, en la evolución de las opiniones que manifiestan
las Academias y otros agentes responsables de la norma. Y, cuando es posible,
hacemos un pronóstico sobre el previsible desenlace, siempre desde la idea, arriba
expuesta, de que lo «correcto» es un juicio social y, por tanto, cambiante".
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