sábado, 6 de junio de 2009

LENGUA Y POLITICA

Estoy leyendo -liberado de mi trabajo de crítico, últimamente picoteo narrativa, biografía, ensayo, poesía... para no convertirme en el típico monotemático- "La lengua común en la España plurilingüe", de Ángel López García, toda una bomba de relojería que escupe, racionalmente, metralla aquí y allá para quien no quiera pensar en el tema. Y digo "pensar en el tema" frente a una situación que se define muy bien en Aragón con la palabra "orejeras".

Para los que sí están -estamos- preocupados por la situación lingüística de la Península Ibérica, éste libro puede significar algo así como una luz en la noche.

Les remito, por ejemplo, al título del capítulo 20 del ensayito: "Fe de erratas: Política lingüística no es hacer política con las lenguas" y, también, en la afirmación que éste contiene: "Es sorprendente que el Estado" -español, por supuesto, se sobrentiende y matizo yo- "no se haya planteado la necesidad de una política lingüística para todas las lenguas de su territorio" . Mediten -tal como hace Ángel López-: si el estado no renuncia a sus atribuciones en la regulación del caudal, por ejemplo, del río Llobregat que transita totalmente por Catalunya o en las relativa a la pesca en la ría de Arousa, gallega cien por cien, ¿por qué hace dejación de funciones con respecto a la política lingüística?La solución: Convivencia y comunicación o viceversa. Hablar y entender para convivir (además del "sesquilingüismo", en la terminología de los entendidos) frente a radicalismo. Y más cosas, claro, en este fuego cruzado.

Una lectura, sin desperdicio.

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