domingo, 28 de octubre de 2012

LA BANCA, EL FRAUDE FISCAL (Vicent Navarro)

LA BANCA, EL FRAUDE FISCAL Y EL NEW YORK TIMES,
por Vicenç Navarro.

El New York Times ha ido g una serie de artículos sobre Emilio Botín,
presentado por tal rotativo como el banquero más influyente de España, y
Presidente del Banco de Santander, que tienen inversiones financieras de
gran peso en Brasil, en Gran Bretaña y en Estados Unidos,además de en
España. En EE..UU. el Banco de Santander es propietario de Sovereign Bank.

Lo que le interesa al rotativo estadounidense no es, sin embargo, el
comportamiento bancario del Santander, sino el de su Presidente y el de su
familia, así como su enorme influencia política y mediática en España. Un
indicador de esto último es que ninguno de los cinco rotativos más
importantes del país ha citado o hecho comentarios sobre esta serie de
artículos en el diario más influyente de EE.UU. y uno de los más
influyentes del mundo. Es de suponer que si se escribieran artículos
semejantes, por ejemplo, sobre el expresidente Zapatero, tales reportajes
serían noticia. No así en el caso Emilio Botín.

Una discusión importante de tales artículos es el ocultamiento por parte
de Emilio Botín y de su familia de unas cuentas secretas establecidas
desde la Guerra Civil en la banca suiza HSBC. Por lo visto, en las cuentas
de tal banco había 2.000 millones de euros que nunca se habían declarado a
las autoridades tributarias del Estado español. Pero, un empleado de tal
banco suizo, despechado por el maltrato recibido por tal banco, decidió
publicar los nombres de las personas que depositaban su dinero en dicha
banca suiza, sin nunca declararlo en sus propios países. Entre ellos había
nada menos que 569 españoles, incluyendo a Emilio Botín y su familia, con
grandes nombres de la vida política y empresarial (entre ellos, por
cierto, el padre del President de la Generalitat, el Sr. Artur Mas; José
María Aznar; Dolores Cospedal; Rodrigo Rato; Narcís Serra; Eduardo
Zaplana; Miguel Boyer; José Folgado; Carlos Solchaga; Josep Piqué; Rafael
Arias-Salgado; Pío Cabanillas; Isabel Tocino; Jordi Sevilla; Josu Jon
Imaz; José María Michavila; Juan Miguel Villar Mir; Anna Birulés; Abel
Matutes; Julián García Vargas; Ángel Acebes; Eduardo Serra; Marcelino
Oreja...). Según el New York Times, esta práctica es muy común entre las
grandes familias, las grandes empresas y la gran banca. El fraude fiscal
en estos sectores es enorme. Según la propia Agencia Tributaria española,
el 74% del fraude fiscal se centra en estos grupos, con un total de 44.000
millones de euros que el Estado español (incluido el central y los
autonómicos) no ingresa. Esta cantidad, por cierto, casi alcanza la cifra
del déficit de gasto público social de España respecto la media de la
UE-15 (66.000 millones de euros), es decir, el gasto que España debería
gastarse en su Estado del Bienestar (sanidad, educación, escuelas de
infancia, servicios a personas con dependencia, y otros) por el nivel de
desarrollo económico que tiene y que no se gasta porque el Estado no
recoge tales fondos. Y una de las causas de que no se recojan es
precisamente el fraude fiscal realizado por estos colectivos citados en el
New York Times. El resultado de su influencia es que el Estado no se
atreve a recogerlos. En realidad, la gran mayoría de investigaciones de
fraude fiscal de la Agencia Tributaria se centra en los autónomos y
profesionales liberales, cuyo fraude fiscal representa -según los técnicos
de la Agencia Tributaria del Estado español- sólo el 8% del fraude fiscal
total. Es también conocida la intervención de autoridades públicas para
proteger al Sr. Emilio Botín de las pesquisas de la propia Agencia
Tributaria. El caso más conocido es la gestión realizada por la
exVicepresidenta del Gobierno español, la Sra. De la Vega, para
interrumpir una de tales investigaciones. Pero el Sr. Botín no es el
único. Como señala el New York Times, hace dos años, César Alierta,
presidente de Telefónica, que estaba siendo investigado, dejó de estarlo.
Como escribe el New York Times con cierta ironía, "el Tribunal desistió de
continuar estudiando el caso porque, según el juez, ya había pasado
demasiado tiempo entre el momento de los hechos y su presentación al
tribunal". Una medida que juega a favor de los fraudulentos es la
ineficacia del Estado así como su temor a realizar la investigación. Fue
nada menos que el Presidente del Gobierno español, el Sr. José Mª Aznar,
que en un momento de franqueza admitió que "los ricos no pagan impuestos
en España". Tal tolerancia por parte del Estado con el fraude fiscal de
los súperricos se justifica con el argumento de que, aún cuando no pagan
impuestos, las consecuencias de ello son limitadas porque son pocos. El
Presidente de la Generalitat de Catalunya, el Sr. Artur Mas, ha indicado
que la subida de impuestos de los ricos y súper ricos tiene más un valor
testimonial que práctico, pues su número es escaso. La solidez de tal
argumento, sin embargo, es nula. En realidad, alcanza niveles de
frivolidad. Ignora la enorme concentración de las rentas y de la propiedad
existente en España (y en Catalunya), uno de los países donde las
desigualdades sociales son mayores y el impacto redistributivo del Estado
es menor. Los 44.000 millones de euros al año que no se recaudan de los
súper ricos por parte del Estado hubieran evitado los enormes recortes de
gasto público social que el Estado español está hoy realizando.

Pero otra observación que hace el New York Times sobre el fraude fiscal y
la banca es el silencio que existe en los medios de información sobre tal
fraude fiscal. Tal rotativo cita a Salvador Arancibia, un periodista de
temas financieros en Madrid, que trabajó para el Banco Santander, que
señala como causas de este silencio el hecho de que el Banco Santander
gasta mucho dinero en anuncios comerciales, siendo la banca uno de los
sectores más importantes en la financiación de los medios, no sólo
comprando espacio de anuncios comerciales, sino también proveyendo
créditos -aclara el Sr. Salvador Arancibia- "...medidas de enorme
importancia en un momento como el actual, donde los medios están en una
situación financiera muy delicada". De ahí que tenga que agradecer al
diario que se atreva a publicarlo, porque hoy, artículos como los que
publica el New York Times y el mío propio, no tienen fácil publicación en
nuestro país. Es lo que llaman "libertad de prensa".

Vicenç Navarro, Catedrático de Políticas Públicas de la Universidad Pompeu
Fabra y Profesor de Public Policy. The Johns Hopkins University

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