"Aquella bobería de progre, cuando comenzaba la transición (...) la España plural, la España de las diversas lenguas y de las diferentes patrias, nosotros creíamos en ello y lo defendimos de buena fe, pero resultó que nos engañaron, fuimos demasiados incautos, o estúpidos, porque los nacionalistas quieren que los demás seamos plurales pero ellos sólo anhelan su singularidad, la de los demás la desprecian, sólo creen en la propia, su singularidad dentro de la pluralidad de los demás, es la perversa ley del embudo, una singularidad marcada por el privilegio, naturalmente, por la voluntad de eliminar de su territorio los rastros comunes, lo que nos unfica a todos..." (pág. 325)
"En el ejército la individualidad se pierde necesariamente y se sustituye por la unanimidad con el grupo, y hasta el héroe solitario de las hazañas bélicas actúa para apoyar el éxito del conjunto al que pertenece, de manera que si lo ponemos en un cultivo de crueldad y odio, un grupo uniformado puede ser un asesino colectivo perfecto, sin remordimientos ni dilemas morales..." (pág. 263)
(La sima, de José María Merino, Seix Barral, 2009)
domingo, 7 de junio de 2009
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