Ana Merino, maestra del cómic -no se pierdan su ensayo "El cómic hispánico"- me envía, con una particular dedicatoria que me llena de júbilo, su novelita destinada a los jóvenes "El hombre de los dos corazones". Llevo pocas páginas, pero ya estoy enganchado. Entre sueños, viaje repleto de aventuras y demás materiales prontos a la originalidad no hay lector que escape. Yo, que sólo creía en su faceta poética (Premio Adonais, Fray Luis de León, por ejemplo),no salgo de la sorpresa. Claro, me digo,de tal palo (sepan que su padre es José María Merino, quien recientemente leyó su maravilloso discurso de ingreso a la Real Academia: Ficción de verdad) tal astilla.
También sobre la mesa, esperándome con guiños, una hermosa portada de Alfaguara que lleva por título "Demasiados héroes", de la colombiana Laura Restrepo. La sigo desde que Jorge Herralde me la hizo descubrir en Anagrama allá, creo, que a inicios de los 90. Ya sabía de ella por aquel maravilloso libro "Historia de un entusiasmo" (Recuerden, fue negociadora entre el Movimiento guerrillero M-19 y el gobierno), pero con cada lectura, en contra de lo que suele suceder,sigue aumentando mi fidelidad por sus historias.
Y más mujeres: La zaragozana Teresa Garbi me envía su último libro: "Leonardo da Vinci: obstinado rigor" que promete. Sobre todo, porque, además de saber ya de su buen hacer literario, cuenta con un alegato en su favor que, en la contraportada, escribe el poeta valenciano Vicente Gállego,alguien en quien confío como lector. Buena semana me espera.
martes, 2 de junio de 2009
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