domingo, 7 de noviembre de 2010

MONTANEJOS Y RUBIELOS DE MORA CON LA CULTURA



(Rubielos de Mora)

(Montanejos, Castellón)
Un proyecto atípico en la España actual
por teresa Garbi.
Ayer, en la Casa de la Cultura de Montanejos (Castellón), con una gran afluencia de público, celebramos el III encuentro entre dos villas, pertenecientes a diferentes autonomías: Montanejos y Rubielos de Mora (Teruel). Inserto mi breve discurso de presentación del acto porque creo que nuestra intención al dar vida a una actividad cultural de tales características puede tener interés general:

"6 de noviembre de 2010-11-03

Es un honor para mí presentar este tercer encuentro entre las villas de Rubielos de Mora y Montanejos. Como recordarán algunos de los asistentes al primer encuentro, que nos vuelven a acompañar hoy, quisimos dar vida a este proyecto con el fin de demostrar que se pueden tender puentes entre villas que pertenecen a diferentes autonomías. El año pasado, en Rubielos, la banda tocó música valenciana; este año, como en la primera edición, tendremos jotas aragonesas.

Se ha dicho en varias ocasiones que Rubielos y Montanejos, además de compartir todo: el río, la naturaleza, los habitantes, la fauna, se complementan y pueden afrontar tiempos inciertos con una colaboración cada vez más estrecha, sobre todo, en el ámbito turístico, aunque también, como lo demuestra el premio literario y de investigación, que compartimos, en temas culturales.

Este encuentro ha tenido una importante repercusión en los medios de comunicación: El País, en su edición nacional; Heraldo de Aragón, Las Provincias… Todos coinciden en señalar la originalidad de que dos villas próximas decidan vincularse más estrechamente para crear lazos de unión. Si está a la orden del día la disgregación, en este encuentro estamos dando pruebas de que es posible aunar esfuerzos, propiciar una forma de convivencia en armonía que, a la larga genere un tejido social y cultural productivo, es decir, ni más ni menos, aunque sea de una forma muy humilde, estamos fomentando otra manera de entender España.

Hace unos diez años mi familia y yo conocimos Montanejos y nos deslumbró el paisaje de la Maimona, el boj, las fresas silvestres, los ciervos que bajaban de Gúdar. Al poco tiempo, alguien del pueblo nos hizo sentir vinculados a esta tierra cuando nos dijo que éramos de aquí, “de siempre”. La nostalgia del Pirineo nos vinculó a esta tierra, que tiene los colores del otoño de Aragón. Pero hubo algo mucho más importante que nos hizo sentir a gusto: casi cada semana, comprobamos el trabajo que se está haciendo: a veces, simplemente se ha mejorado un trozo nuevo de acera; otras, se ha emprendido un paseo nuevo a las Alquerías; se ha puesto una luz especial en el paseo del Mijares que permite ver las estrellas; otras, se han colocado unos bancos, un mirador, o se afrontan infraestructuras de más envergadura. La limpieza de los paseos indica una decidida preocupación medio ambiental.

Lo mismo sucede en Rubielos: cada vez descubrimos nuevas reformas: cada rincón está cuidado al mínimo detalle y continuamente puede verse el resultado de la restauración de todo el municipio en las fachadas, servicios y museos, lo que le da un gran valor monumental y un aspecto artístico homogéneo.

Empezamos este encuentro para vincular a Montanejos y Rubielos, dado que comparten historia, naturaleza e intereses turísticos, ya lo he dicho. El tiempo nos ha demostrado que nuestro humilde empeño es algo más: frente a una política disgregadora, aquí se están tendiendo puentes o, como dice el concejal Vicente Ibáñez, fomentamos sólo aquellos aspectos que nos unen. Frente a una cultura del pelotazo, del enriquecimiento rápido, estamos asistiendo a otra forma de desarrollo basado en el trabajo y en el amor a la naturaleza. Frente a éxitos rápidos que ofrezcan resultados inmediatos, Rubielos de Mora y Montanejos han optado por preservar su riqueza paisajística y monumental y con ello están preservando el futuro de las nuevas generaciones.

En este encuentro, en lo que a nosotros concierne, los miembros del jurado y los periodistas que han participado en las mesas redondas, hemos visto desde el primer momento que no estamos acudiendo a un premio de tantos que hay en España, sino que nos comprometemos, con nuestro trabajo y nuestra presencia, en propiciar otro modo de ver las relaciones humanas, sociales y políticas. Estamos defendiendo un compromiso social que, como este encuentro, propicie puentes, genere unión.

En esta tercera convocatoria contamos con la presencia de los alcaldes, Ángel Gracia y Laureano Sandalinas que, junto a la escritora y periodista Lola Mascarell y el Catedrático, Ricardo Morant, que ha trabajado aspectos sociolingüísticos de esta zona, tratarán, a continuación, un tema de indudable interés para las dos villas: “El turismo en Gúdar-Javalambre y Alto Mijares-Alto Palencia: diagnóstico y trayectoria”. Modera la periodista Sandra Sandalinas. Nos acompañan también, María Fortuny y el poeta Sergio Gaspar; el poeta y pintor José Saborit; el lingüista Ángel López; la escritora Eve Ferriols. Y algunos de los autores que han obtenido el Premio Río Mijares.

Agradezco su asistencia a todas las personas que han acudido a nuestro acto; a las Asociación de amas de casa que siempre se involucran en todos las actividades culturales, al escenógrafo Pepe Breco, que se ha inspirado este año en el agua y en las raíces árabes que vinculan a Montanejos y Rubielos. A los concejales Carmen Bau, de Rubielos y a Vicente Ibáñez, de Montanejos, por su interés y por su trabajo. A los respectivos Ayuntamientos, y a los alcaldes en particular, por creer desde el primer momento en este proyecto y por su generosa implicación.

Nuestro reconocimiento a los escritores que nos acompañaron en anteriores ediciones o que no han podido asistir: Ramón Acín, Antón Castro, Rosendo Tello, Emilio Garrido, Mara Calabuig o al fotógrafo Vicente Alamazán. Sólo me queda, por último, agradecer su presencia a Vicente Mor Aroza, botánico autodidacta, inspirador del libro: “Guía de plantas medicinales de Montanejos: Usos y costumbres”, que conoce a la perfección el entorno botánico de esta villa. Su trabajo honrado y generoso exige reconocimiento por nuestra parte. Nada más. Muchas gracias por su atención.

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